¡Qué aplazo!

Llegué a mi casa aplazado.
Estaba desesperado. Busqué y busqué y nada. Se hizo de noche. Fui a guardar el
otro lente. Cuando abrí la cajita, estaba allí.
Le conté a mamá y me dijo, cómo podía ser. Luego fue a hablar a la escuela. Al
día siguiente me tomaron nuevamente la evaluación..
Sofía Biglione
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