Federico,
el único aplazado
Esta es grande y el aula
más aún. Él tuvo que ir a rendir, se jugaba todo. Tenía que ver si pasaba de
grado, o no.
Fue a la mañana, esperó casi media
hora. Pero antes de todo esto, tuvo una fuerte pelea con su hermano, y no tuvo
tiempo de estudiar.
Después
del examen fue a su casa y la mamá le preguntó:
-¿Aprobaste?
-¡No! (contestó con mucho miedo)
-¡Estás castigado! Exclamó.
De este modo, Fede
entendió que nunca tiene que volver a pelearse con su hermano, ser responsable
y estudiar.
Martín Dolinsky
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